miércoles, 11 de junio de 2014

La ventana de Johari

¡Buenos días! 

Vaya bochorno insoportable que estamos teniendo estos días por aquí... Han sido semanas duras de examenes también.
El tema de hoy es bastante ameno, concreto, útil y práctico. El pasado fin de semana me contaba mi pareja una anécdota acerca de un ejercicio de dinámica de grupo que hicieron en su universidad, y me comentó de pasada que para ello utilizaron una herramienta que, bueno, me resultó bastante familiar. Me alegra saber que los ingenieros aprenden y aplican también herramientas de psicología cognitiva, es un síntoma muy positivo de la importancia actual y el incremento del predominio de un enfoque socioemocional en todo tipo de profesiones, sobretodo a nivel empresa. Pues bien, precisamente de esa herramienta quería hablaros hoy.

La ventana de Johari 

Joseph Luft y Harry Ingham inventaron una herramienta social muy útil para representar nuestros comportamientos, para ilustrar los procesos de interacción social humana e incluso tal vez para ofrecernos soluciones que hagan frente a nuestras dificultades en las relaciones interpersonales. Es aplicable a todos los niveles (familiar, empresarial, etc.) y es posible a través de él (mediante ciertos ejercicios) conocerse mejor a uno mismo y permitirnos tener relaciones más sanas y equilibradas con los demás.
Los autores nombraron a esta herramienta "Johari" a partir de la unión de las primeras sílabas de sus nombres de pila, tan originales ellos. El modelo puede ser representado como una ventana de comunicación con cuatro cuadrantes, a través de los cuales pueden darse o recibirse informaciones sobre nosotros mismos y sobre los demás.


La casa de cuatro habitaciones de Johari (según Charles Handy)
Si tomamos las cuatro áreas en sentido vertical y horizontal, las columnas representan el yo y las filas representarían al grupo (los demás)
Estas áreas interactúan continuamente entre sí, de modo que si un área sufre un cambio, se verán afectados todos los demás.

  • Área pública o libre: En él se muestran los datos y experiencias conocidas por la persona y por los demás. Según los autores, "la persona en la que predomina el área pública, se relaciona de manera más armónica y sana, pues se muestra tal cual es de manera auténtica, se conoce a sí misma y vive sin miedo a que los demás le conozcan".

  • Área ciega: Aquí se representa la información del yo, que el yo ignora. Lo que los demás perciben de la persona que ella no ve. Aquello que saben de nosotros que no nos cuentan o que no percibimos. En numerosas ocasiones es éste el área problemática en las relaciones con los demás. Por ejemplo: la manera de actuar, el modo de hablar, el estilo de relación, etc. Es complicado realizar cambios en este área cuando la información sobre nosotros es negativa o contraria a nuestra propia percepción, sin embargo es muy aconsejable trabajar en ella para desarrollar el autoconocimiento.

  • Área oculta: Este área muestra la información que uno tiene sobre sí mismo y que oculta a los dem´s del grupo. La información no revelada por miedo a ser juzgado por el grupo, atacado o rechazado. Se incluyen sentimientos, percepciones, opiniones e historia personal.

  • Área desconocida: Este área es la parte más misteriosa del subconsciente que ni uno mismo ni los demás logran percibir, pero existe. Aquí se encuentran las causas reales de nuestras creencias, conductas, nuestras capacidades y habilidades ocultas. En esta ventana es posible explorar cosas nuevas. La teoría dice que aquí se encuentran "los sentimientos reprimidos, miedos desconocidos y comportamientos condicionados desde que eras un niño".
Ejercicios para el autoconocimiento

Hace años, en la época del MSN Messenger y de los e-mails cadena, circulaba un e-mail  (lo que alguien intentó por cierto popularizar como "emilio" en español... intento fallido y vergüenza ajena cada vez que escuchaba a alguien llamarlo así) que contenía preguntas sobre uno mismo que los demás debían contestar (no sé si os acordáis, esto es algo un poco generacional). En plena adolescencia y con la autoestima tan vulnerable a opiniones ajenas os podéis imaginar el éxito de estos e-mails virales.
Pues bien, lo conozcáis o no, este absurdo cuestionario que tan infantil puede resultar, es un ejercicio real aplicable a personas entraditas en edad con pocas o deficientes habilidades sociales, o incluso a personas con habilidades sociales decentes que sin embargo tienen como objetivo un entrenamiento y mejora a cualquier nivel (familia, pareja, empresa, etc.) como ya he comentado anteriormente, y que se conoce como "feedback" o retroalimentación de personas cercanas


Se trata de un ejercicio entre otros que proponen los autores, donde el uso la herramienta de la ventana de Johari es muy acertada. Sigue los pasos que te muestro a continuación:

1. Elabora una lista con adjetivos relacionados con la personalidad. Un requisito indispensable es que éstos sean variados y haya algunos opuestos. Ejemplos: emocional, racional, sensible, extrovertido, tímido, agresivo, cobarde, dramático, frío, inmaduro, tacaño, etc.

2. Elige de esa lista (con alrededor de 30 ítems) 10 adjetivos que tú consideres que te definen o te representan mejor.

3. Da a elegir a otros (para una mayor validez de los resultados, selecciona a personas que te conozcan moderadamente bien) entre esa lista 10 adjetivos que crean que te definen o caracterizan mejor.

4. A partir de estos datos ya pueden construir tu propia ventana de Johari:

- En el área pública o libre escribe los adjetivos que tú has identificado y al menos otra persona ha coincidido contigo.
- Clasifica en el área "ciega" los adjetivos que otros han identificado que tú no.
- Escribe en "ocultos" aquellos adjetivos que tú has enumerado pero que los demás no han elegido.
- El resto escríbelos en el área "desconocida". Este último paso se realiza por descarte, no quiere decir necesariamente que formen parte de tu subconsciente.


 A través de la representación de los datos, si te animas a realizar este ejercicio seguro que descubres de tí rasgos que no conocías, especial y concretamente aquellos en los que coinciden más entre sí las demás personas y que no coinciden contigo.

Si quieres ir más allá y descubrir de tí los rasgos negativos de tu área ciega, elabora una lista en la que solo aparezcan rasgos negativos (no te cortes). 

Un problema que aparece frecuentemente en psicología (y en cierto modo mi crítica personal a esta herramienta) es que el individuo que se encuentra en proceso de autoconocimiento no esté preparado emocionalmente para enfrentar, conocer y aceptar sus aspectos negativos, para tomar contacto con su subconsciente, y es por ello altamente probable que los rasgos elegidos para elaborar la lista sean de alguna forma "sesgados" y no se incluyan determinados adjetivos a los que se tenga miedo que le sean atribuidos a uno. También es probable que las personas que colaboran, a raíz del vínculo emocional que tengan con el individuo en cuestión, seleccionen adjetivos respondiendo a cierta deseabilidad social o dicho de otra manera "lo que la persona quiere oir o lo que no le haga daño", dando lugar de nuevo a resultados sesgados.

A pesar de todo los obstáculos que puedan presentarse, no deja de ser una herramienta frecuentemente utilizada por psicólogos o coaches en empresas para mejorar las habilidades de comunicación de sus empleados, en terapia de pareja para fomentar el conocimiento mutuo o en ejercicios de mejorar de habilidades sociales, pues los resultados obtenidos con ella son bastante satisfactorios.


Y me voy a dar una vuelta, que no hay quien se quede hoy en casa... 


¡Hasta muy pronto!



"La confianza nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas" (Wallace Stevens)

1 comentario:

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